FASE 1. La experiencia del entorno
Como lugar de observación he escogido el balcón de mi casa.
Desde aquí se pueden observar varias cosas, incluso más allá de lo físico, pero a simple vista, se observa la calle y la gente que pasa, ya sea andando o en un vehículo. Alzando la vista se observa el la catedral de Valencia, el Miguelete, el Arzobispado y los edificios que tengo enfrente. Y a un lado tengo la casa de mi vecino, de la cual estoy separado por una cristalera prácticamente opaca.
- ¿Por qué has elegido este lugar?
Lo he escogido porque de pequeño solía venir aquí simplemente a mirar el entorno, tal y como tenemos que hacer en esta actividad, y he recordado esos momentos en los que me quedaba mirando y mirando todos los elementos que había y que siguen estando, como los que he descrito antes.
- ¿Qué te fa sentir a gusto?
Lo que me atrae de este lugar es la dualidad que se puede sentir, primero al mirar abajo y ver a la gente ajetreada por las mañanas, yendo al trabajo y posiblemente con miles de preocupaciones rondándoles en las cabezas, esa es la gracia de observarles; ¿en qué estarán pensando?, ¿a dónde se dirigirán?, y por otro lado, miras hacia arriba y ves el cielo, adornado de nubes, todas diferentes, y golondrinas, palomas y demás animales que tienen la suerte de disfrutar de él. O también mirar los edificios y por supuesto los monumentos, que para ser sincero, hasta que no entré en arquitectura y pude ver, al menos de momento de una forma muy introductoria, la complejidad de dichas edificaciones históricas, no era de fijarme mucho en ellas.
- ¿Existe algún elemento disruptor?
No, todos los elementos forman parte del entorno, ya sean los edificios, las personas, los sonidos, animales… ninguno rompe con esa armonía que conforman.
- ¿Crees que te sentirías igual en otro espacio ahora mismo?
Posiblemente, en cualquiera en el que pueda encontrar esas diferencias tan claras, que son las que me atraen y hacen sentir de esa forma.
- ¿Piensas que las condiciones de este espacio influyen sobre sus
ocupantes? ¿Cómo?
Por supuesto, todos los elementos están condicionados por el valor histórico que tiene el barrio en sí, en donde puedes ver el contraste arquitectónico entre la Catedral de Valencia, por ejemplo, y las casas que forman la Seu, como la mía, en las cuales se observan cimientos, y estilos de la época, desde la romana hasta la medieval y en adelante.
En cuanto a las personas que deambulan por el barrio, se pueden identificar fácilmente si viven aquí o si vienen para trabajar; ya que los que viven suelen tener un ritmo de vida más calmado, propio de una zona vecinal, en cambio si van a trabajar también son fáciles de calar, no tan solo por la vestimenta, sino también por la actitud que muestran.
- ¿Cambiarías alguna cosa?
Sí, yo haría todo el barrio, o al menos la zona que puedo llegar a observar desde el punto que he elegido, totalmente peatonal, para disfrutar aún más de él.
Los coches, motos, y vehículos a motor en general creo que estropean el ambiente de armonía que crean los dos elementos que antes he descrito, la tranquilidad con el estrés, o la realidad de una persona en el mundo actual.
Dichos vehículos no aportan realmente nada a este ambiente, por lo que me reitero en quitarlos.