En la unidad 7 hemos tratado la importancia del patrimonio cultural y su conservación para no perder la identidad como pueblo, comunidad, etc.

Este es un tema realmente interesante ya que dependiendo, de la región, país, incluso continente, este concepto de preservación varía considerablemente.

Europa, por ejemplo, se ha caracterizado por conservar sus más antiguos y representativos monumentos, esculturas, edificios, etc. que ha provocado, precisamente que se consideren como tal; que se consideren la identidad del lugar.

Pero lo más interesante es que algunos de dichos monumentos siguen cumpliendo alguna función, más allá de estar ahí «plantados», incluso algunos siguen siendo utilizados para su propósito original, como es el ejemplo de Iglesias, mezquitas; y más allá de lo religioso, algunos baños termales, por ejemplo.

Pero en esta reflexión quería recalcar a los Estados Unidos, un país que se ha apoderado casi en su totalidad de la cultura popular, contemporánea, y que se ha encargado de controlarla en todo el mundo.

Y es inevitable preguntarse si esa obsesión por controlar la cultura (hasta cierto punto) contemporánea incluso más allá de sus fronteras ha propiciado la casi desaparición de la suya propia, a la que ellos tratan de hacer un «apartheid» a las zonas rurales, por ejemplo.

Tan solo hay que ver como destruyen edificios icónicos de ciudades tan históricas para sustituirlos por enormes rascacielos de cristal, a los que asociamos con esa modernidad que ellos mismos nos han «inculcado» mediante la cultura popular.

La verdadera pregunta es si les compensa realmente perder su identidad anterior para construir otra enfocada a los tiempos actuales, que en un futuro se verás como históricas; o del revés, si a nosotros, los europeos (lo que vivo yo, personalmente, no se en otros continentes) preservar tanto lo histórico, lo anterior, y dejarnos adormecer por la cultura popular, que no proveen desde EEUU, con claros fines.