La primera reflexión que plasmo en el blog de esta asignatura, ya que el año pasado no publiqué ninguna, es que, como también he puesto en la página de «¿Quién soy?», la imagen que tenemos generalmente del arquitecto es de una persona muy técnica, enfocada en proyectar líneas que después se convertirán en cosas físicas. Algunos destacan y hacen la Sagrada Familia y otros hacen la fuente de su pueblo

Pero va mucho más allá, y la parte antropológica de éste es mucho más fascinante, en mi opinión. Hagas lo que hagas, desde el más impactante monumento, hasta el más humilde de estos, conlleva un tiempo de reflexión que cualquiera de estos dos comparten.

El pensar en la connotación que pueda tener tu monumento, la que le quieras dar o la que los demás le den supone un proceso de reflexión igual que cualquier filósofo, psicólogo, etc.

En conclusión, he descubierto una parte de lo que es el arquitecto que me encanta, ya que me parece más real e interesante que simplemente hacer líneas sobre un papel.